
VERANOS
Siempre busqué el valor en los brazos del miedo.
En la siesta infinita de la niñez sonaban,
al fondo de la casa, en el bochorno de la tarde,
voces entrecortadas, ecos de los mayores,
restos de conversaciones
dormidas
sobre las mecedoras.
Mientras tanto,
en la otra orilla de la siesta,
los críos escapábamos
al fuego de las calles.
Entre gritos compartíamos
un carro de madera deslumbrante
-mi caballo de adioses-
que bajaba la cuesta solitaria
chirriando sus ruedas metálicas,
abriéndose en la tarde pegajosa,
audaz, acelerado.
Yo me agarraba fuerte al manillar o las bridas,
con el corazón en la boca.
Pero nunca frené. Sabía que al final,
en el llano, las ruedas locas calmarían su afán
y se detendrían justo allí,
donde las casas abren sus portales de sombra.
Para que al fin me alzara sobre mis piernas flacas,
temblorosas.
En medio de la calle.
En los brazos del miedo.
Ángeles Mora
(1952)
Ficciones para una autobiografía, Bartleby Editores, 2015. Premio Nacional de Poesía 2016, Premio Nacional de la Crítica 2015