Desde nuestra librería hemos querido hacer un hueco a una recopilación de libros con un enfoque feminista y diferente. En esta selección de libros encontramos autoras como: Trilogía de la huida, Dulce Chacón La flor púrpura Chimamanda Ngozi Adichie Mamá desobediente, Esther Vivas, Cómo ser mujer Caitlin Moran, La mejor madre del mundo, Nuria Labari, Mujeres y Poder. Un manifiesto Mary Beard No es país para coños, y Matermofobia de Diana López Varela . Todos los títulos están a vuestra disposición en nuestra librería.
No hubo nunca mejor época que ésta para ser mujer: ahora existen el voto femenino y la píldora , y desde 1727 ya no envían a las mujeres a la hoguera por brujas. Pero ¿cómo ser mujer?
«La flor púrpura es una novela inteligente que se lee con desgarro y alegría» Carlos Pardo, Babelia, El País
«No es fácil hacer encajar a las mujeres en una estructura que, de entrada, está codificada como masculina: lo que hay que hacer es cambiar la estructura»
Tres historias narradas con una voz poderosa y emocionante que los lectores reconocen. «Una tejedora de sentimientos. La escritora que le dio fuerza a la ternura y ternura a la fuerza en una íntima relación de igual a igual» Luis Sepulveda.
«He aquí un libro que les emocionará hasta obturarles la tráquea. De lo mejor que he leído en mucho tiempo» Kiko Amat, Babelia de EL PAÍS «Lo recomiendo fervorosamente. Una delicia de introspección, humor y relato vital» Enerto Ayala-Dip «Un narrador magnénico y fascinante» Carina Farreras, Cultura/s de La Vanguardia. «Un relato poético y conmovedor de su juventud sin padre, pero con la compañía de los personajes dickensianos que acudían al bar de la esquina» The New York Times.
Os dejo este enlace de Babelia, El País. https://elpais.com/cultura/2015/09/02/babelia/1441210274_504887.html
Artículo muy interesante realizado por Kiko Amat del libro «El bar de las grandes esperanzas» y sobre su autor J.R. MOEHRINGER. .
Podréis encontrar esta maravillosa novela, como siempre, en nuestra librería.
Érase una vez una librería que nació de la idea loca de una
cuentista cabezona. Era tal el empeño y tanta la ilusión que la pequeña
librería apareció una soleada mañana de marzo. La librera, menuda y alegre, comenzó
a limpiar, amueblar y a decorar. Pintó la fachada de azul, ¡azul como el cielo,
¡cómo los sueños! Entonces buscó un nombre…oh ¡Qué bonito! ¡Merienda de Letras!
Pero la librería estaba triste, porque estaba vacía. Sí, no tenía libros, no
tenía vida, ni magia, ¡ni dueños! Así
que nuestra librera cuentista decidió llenarla de cuentos. Cuentos de dragones,
caballeros y hadas. Cuentos de vacas, cerditos y orugas glotonas. Cuentos de
monstruos de colores, de tortugas, de conejitos… ¡Cuentos cargados de aventuras
piratas, de viajes extraordinarios! Ocuparía todas las estanterías llenándolas
de la maravillosa magia de los cuentos. ¡Ah! Pero aún faltaba algo, sí faltaban
los niños, los auténticos “devoradores de letras”. Estos traerían la alegría,
las risas, el asombro y la emoción.
Mientras tanto, por las noches todos los personajes de los
cuentos saltaban de las estanterías y se colocaban en el escaparate,
expectantes y ansiosos.
• Los
señores ratones se frotarán las patitas -murmuró una vieja vaca de peluche.
• ¡Libros
nuevos!¡Libros nuevos! ¡Qué delicia! ¡Con lo bien que huelen, jajaja, mejor
sabrán! – pensaba un arata de alcantarilla que miraba desde la otra esquina de
la plaza.
El señor Monstruo de colores tuvo una genial idea, decidió
pintar el suelo de naranja, verde y amarillo así cuando los ratones asaltaran
la librería, estos se quedarían pegados al suelo o dejarían sus huellas por
todo el local y les darían caza.
• ¡Excelente
idea! – Aplaudió el señor “Dragón cartón de huevos”, y yo desprenderé una de
mis terribles llamaradas. ¡Ya veréis como corren!
• ¡Nada de
eso! -intervino la señora Tortuga Clementina. ¡Cómo se le ocurre lanzar fuego
donde hay tanto papel! ¡Qué barbaridad! Déjenos a nosotros.
A todo esto, la librera, alegra y despreocupada ordenaba aquí y allá los libros, los cuentos sin imaginar siquiera lo que se estaba “cociendo”…
Nuevos
personajes se incorporan a esta pintoresca historia en la librería azul de la
plaza.
La tienda fue llenándose de libros de cuentos, de novelas, de poesía, ¡Y de música! Libros nuevos y resplandecientes con ese olor tan característico que inundaba toda la estancia.
Pero poco
tiempo después llegaron unos cuantos libros que venían en unas destartaladas cajas,
y en bolsas viejas. Estos libros habían
recorrido un largo viaje. Eran libros usados, viejos en algunos casos, libros
de segunda mano. Algunos venían pintados, o con algún nombre, fecha o
dedicatoria inscrito en su cubierta superior.
Junto a estos libros de segunda mano, que en principio no fueron muy bien recibidos por los demás compañeros que habitaban en la tienda, llegaron Mercedes y Doña Fresita. Y junto a todos ellos, la última visita que decidió también quedarse en nuestra linda librería fue una señora planta de Tomate.
¡Si, si, como os estoy contando! Una señora planta de Tomate, o mejor dicho Doña Tomatera. Esta fue un regalo de un estimado cliente. ¡Oh aquello creo una gran expectación! Doña Tomatera tenía un aspecto de gran señora, con aquellas ramas tan altas, y tan sujetas al palo guía. Sus hojitas bien verdes, su tierra bien regada, ¡y ese perfume a tomate! Se veía en plena forma, y seguro, seguro daría unos tomates formidables.
Pero, retomemos
el hilo de lo ocurrido anteriormente.
En el capítulo anterior, nuestros protagonistas estaban tramando un plan para vencer el peligro que suponían los ratones y las ratas callejeras. Estos roedores veían vigilando la librería desde la plaza y afilando sus bigotes, pensando en el festín de libros que se iban a dar. Para evitarlo estaban nuestros amigos, los habitantes de la librería, ¡Ellos iban a impedírselo!
Las obras de remodelación de la plaza en la que se hallaba la librería iban muy despacito. Y esto favorecía que los ratones, ante tanta zanja y agujero abierto, camparan a sus anchas. La librera, mientras tanto, colocaba con esmero cada día más libros y más cuentos. ¡Qué bonita estaba quedando la librería! Mercedes, la preciosa muñeca de trapo, se alojó en la sección de libros de cuentos empeñándose en promocionar ella misma una campaña que llamó “PONGA UN CUENTO EN SU BOLSO”.
La librería comenzó a tener otro aspecto, pero además, lo más maravilloso fue que llegaron los niños con sus risas y alegría ¡Era fantástico!
El señor “Dragón cartón de huevos” mantenía a raya a los indeseables ratones. Ya fuera por su temible rostro, o por su figura singular, parecía que no se atrevían a entrar en la librería. Pero, otro peligro se cernía sobre nuestros amigos.
Una tarde,
cuando ya hubo cerrado la librera, y la tienda permanecía en silencio se
escuchó un leve ruido. Al cabo de un rato otro crujir. La ovejita de peluche
comenzó a templar.
– ¿Qué es
ese ruido? ¿Has sido tú, amigo cerdito rosa? – preguntó temerosa la ovejita
– ¡Anda ya,
boba! -Respondió confiado el cerdito rosa.
En ese
instante se volvió a escuchar otra vez el ruido, pero esta vez era más uniforme
e intenso, y entonces atónitos pudieron ver a las sombras de la luz blanquecina
del escaparate, como una pequeña patrulla de “cucarachas” avanzaba más o menos
ordenadamente en una formación un tanto peculiar. Eran gordas, grandes y tenían
alas escondidas en su caparazón rígido. Al ver a todos nuestros amigos tan
asustados, comenzaron a reír a carcajadas y con un descaro insolente, rompieron
formación y comenzaron a desplegarse por toda la librería incluso empezaron a
subirse por Doña Tomatera, pero como La señora Tomate usa un perfume tan
fuerte, la dejaron tranquila enseguida.
Todos estaba
horrorizados por la invasión. La ovejita comenzó a llorisquear, y Mercedes les
pidió que hicieran el favor de abandonar la librería, que aquel lugar no era sitio
para unos bichos tan maleducados como ellas. Las cucarachas reían y reían. Lo
toqueteaban todo, y todo lo descolocaban. La señora Tomatera intentó dar un
tomatazo a una de ellas que quiso ir volando a incomodar a la pobre ovejita que
continuaba llorando sin poder controlarse, pero en el intento, la señora
Tomatera rompió una de sus ramitas más tiernas.
¡Oh aquello
fue la gota que colmó el vaso! El señor “Dragón cartón de huevos” rugió con
todas sus fuerzas, y a punto estuvo de lanzar una de sus impones llamas si no
fuera porque Laura nuestra, pequeña muñeca, le frenó.
– ¡No! ¡No ni se le ocurra!
– ¡Fuera, fuera de aquí miserables
bichejos! -gritó fuera de sí señor “Dragón cartón de huevos”
Las
cucarachas quedaron sorprendidas por el vozarrón y al momento se reagruparon.
– ¡Volveremos! -dijeron entre risas y
carcajadas. – ¡Volveremos!
Y retomaron
la formación de vuelta al aseo que es por dónde habían aparecido.
– ¿Dios, qué vamos a hacer ahora?
-señaló angustiada la Tortuga Clementina. Son muchas y parecen organizadas.
– ¡Cálmate ovejita! Ya se han marchado.
– Le comentó cerdito rosa
– ¡Si pe…pe…peero volverán! – dijo
entre sollozos
– ¡Miren allá! -grito desde su macetero
la Señora Tomatera
Cerca de
donde se hallaba la ovejita llorona, se encontraba el cadáver de una enorme
cucaracha. Efectivamente, la señora Tomatera le había acertado a dar con su
rama antes de que esta se rompiera y había quedado noqueada en el suelo.
– ¿Esta…muerta? -pregunto la ovejita
– ¡Qué nadie la toque! – dijo la
tortuga Clementina. Lo mejor es que la librera la vea mañana por la mañana al
abrir la tienda. Así sabrá que tenemos una invasión y pondrá remedio.
Al mañana
siguiente nada más subir la persiana de la librería y abrir la tienda, la
librera encontró la enorme cucaracha en medio de la tienda.
–
¡Asquerosos bichos! ¡Ahora mismo pongo solución a esto! – dijo la librera
La mujer
limpio el suelo e inmediatamente salió a comprar un insecticida. Estuvo buena parte
de la mañana limpiando y dejando estratégicamente pequeñas cajitas negras, en
realidad eran trampas para las asquerosas cucarachas.
Todos estuvieron esperando la noche con ansiedad y sorpresa, pero lo que ocurra os lo contaré en una próxima entrega.
CLUB DE LECTURA “MERIENDA DE LETRAS” Queremos formar un club de lectura en nuestra librería con muchas ganas de leer y descubrir nuevos libros ¿Quieres saber más? ¡Sigue leyendo! ¿Y cómo funciona esto? Muy fácil ¡Vamos a leer de todo! De todo lo que nos guste, ¡claro! La idea es descubrir nuevos libros, géneros y autores ¿nunca has leído un libro de fantasía? ¿o un thriller? ¿Y qué tal algún autor del que nunca hayas oído hablar? Para eso, en cada reunión se propone un libro para leer y más tarde volveremos a reunirnos, para charlar de la última lectura y opinar sobre lo que más nos ha llamado la atención. Personajes, autor, época, vocabulario…Se puede buscar ciertos aspectos como música dentro de la novela o gastronomía si son facetas que se destacan en el texto. Además las tertulias serán muy informales ya que lo que se pretende es que todos participemos y opinemos. Si te animas y no has podido acabarte el libro… ¡Apúntate igualmente! Seguro que te lo pasas bien. Intentaremos además traer algún autor que se preste, realizar alguna actividad extra pero que esté relaciona y sobre todo leer y divertirnos. ¿Dónde consigo el libro del próximo mes? En librería «MERIENDA DE LETRAS«. ¿Pero, qué es un club de lectura? Un club de lectura es un grupo de personas que leen al mismo tiempo un libro. Cada uno lo hace en su casa, o donde quiera, pero una vez al mes o cada quince días (depende del grupo) se reúnen todos para comentar las páginas avanzadas desde el encuentro anterior. En las reuniones se debate sobre lo que se ha leído en casa: el estilo literario, la acción misma, los personajes… y es bastante frecuente derivar desde el libro a las experiencias personales de los miembros del club. En cada reunión se acuerda la cantidad a leer en los días posteriores, y es ese trozo solamente el que se comenta en la siguiente. Naturalmente cualquiera tiene el derecho a sobrepasar ese límite, pero no puede desvelar a sus compañeros lo que sucede después del punto marcado. Formar parte de un club de lectura tiene el aliciente de compartir esa lectura con otras personas. Por lo general las opiniones de los miembros del grupo enriquecen mucho la impresión inicial que cada uno saca leyendo en solitario. El apoyo del grupo es también muy positivo en el caso de algunos libros más exigentes de lo normal, hacia los que muchos de nosotros mostramos pereza cuando estamos solos y que se leen con gran facilidad si otras personas lo hacen al mismo tiempo. ¿Qué necesitamos para formar parte del “Club de lectura Merienda de Letras”? • Lectores • Ejemplares del libro a leer • Un coordinador ELABORACIÓN. Para participar en el club de lectura MERIENDA DE LETRAS, es muy fácil, hay que hacer una hoja de inscripción que tendrán los siguientes epígrafes: o nombre o dirección o teléfono o propuesta de un libro Cuando cada persona rellene su hoja (ficha inscripción) se le convocará a la primera reunión en cuanto se den las condiciones para arrancar, es decir, cuando se haya reunido el número mínimo de personas para formar el club de lectura. DESARROLLO. Las condiciones ideales para el funcionamiento de nuestro club serían las siguientes: o Frecuencia quincenal/mensual para las reuniones con una duración de aproximadamente de una hora y media para las sesiones o El entorno en el que se celebrarán será la sala de lecturas de la librería Merienda de Letras, rodeados de libros, música y un café o un té… o Nos colocaremos todos en circulo alrededor de una mesa, viéndonos todas las caras para una conversación más distendida y directa. o Es deseable que todos los miembros del club conozcan los nombres de los demás; para ello es muy útil repartir hojas con las fotos y los nombres de todos, pero esto ya lo iremos solventando. o Un coordinador/a que ejerce las funciones de moderar las reuniones, plantear preguntas sobre el texto, organizar el debate. En un principio es el que lleva el peso de la reunión y lo ideal es que se turne con cada lectura nueva. Puede prepararse aspectos que le interesen sobre el autor, época, aspectos lingüísticos, literarios, socio-políticos, históricos. En fin, todo lo que considere interesante, o nada. Así mismo puede plantear una actividad complementaria como una salida, un encuentro, cine… La línea ideal que nos gustaría alcanzar en nuestro club de lectura sería la mezcla perfecta de aprendizaje y debate sin olvidar disfrutar del placer de la lectura y la tertulia. ¡Os esperamos!
Invierno de 1925, en una residencia de los Alpes suizos, se dan cita un grupo heterogéneo de huéspedes venidos de todos los rincones de Europa. Ellos, al igual que las chovas que sobrevuelan los cielos de ese lugar idílico próximo al lago Lemán -y que dan nombre a la edición polaca de este clásico (Choucas, powiesc internacjonalna)-, llegan buscando la paz que han perdido en sus lugares de origen. Han pasado seis años desde el final de la Gran Guerra y las heridas del conflicto están muy presentes en las conversaciones diarias. Todos ellos forman una curiosa réplica en miniatura de la Sociedad de Naciones: rusos que han dejado de serlo o que huyen de la revolución bolchevique, franceses que sueñan con perpetuar un imperio que comienza a desmoronarse, una pareja de británicos que no han logrado asimilar la perdida de Irlanda, algún alemán detestado por todos que no ha podido superar el trauma de la derrota, armenios que han sufrido unos de los primeros genocidios de la historia, un judío que encarna un drama que ya se palpa en el ambiente y exóticos españoles (entre ellos, un caballero chapado a la antigua siempre dispuesto a defender su honor y morir por su rey). El invierno pasa, los prados verdean y los huéspedes, como las chovas, se van despidiendo de la residencia. Entre tanto, algunas parejas se han roto y se han descifrado algunos enigmas, pero las grandes cuestiones, que planean sobre una Europa nuevamente al borde de la guerra, siguen sin respuesta. Basada en la estancia de la autora en un sanatorio suizo y narrada con una voz muy personal, esta novela ofrece claves para comprender los desgarros que vivió la sociedad y la cultura europeas entre las dos grandes guerras
Leer El Retorno es oír a Ruí, un adolescente que no para de contar, que casi ni respira, que narra el drama de su familia al partir de Angola, días antes de que este país dejara de ser colonia portuguesa y obtuviera su independencia, en 1975. Ese dolor de abandonar la vida, de repatriarse y volver a una metrópoli que solo conoce por historias y fotos, se convierte en una novela llena de memorias recreadas a partir de los más mínimos detalles. La voz de Ruí, que se sostiene de principio a fin, que a pesar del momento que vive nunca deja de ser un adolescente con sus preguntas y ansiedades, podría ser también la voz de tantos exiliados, de tantos desplazados, de todos aquellos que, por desgracia, han tenido que dejar su tierra para empezar de nuevo. TRADUCCIÓN DE JERÓNIMO PIZARRO.
Mercedes, nuestra muñeca lectora sigue empeñada en su campaña de convencer a los padres, madres, abuelos, abuelas, titos, titas, primos, hermanos mayores…que la mejor manera de fomentar la lectura es llevar un cuento en el bolso o la mochila para divertir y entretener a nuestros niñ@s. Hoy nos presenta la colección de «Cuentos de la Media Lunita» por recomendación de un cliente de nuestra librería que además de abuelo, en la actualidad, y que se dedicó durante mucho tiempo al mundo editorial. ¡Fantástica recomendación! Porque además de ser una recopilación de cuentos tradicionales, siguen la regla de oro, BUENOS, BONITOS, BATATOS y además ¡No pesan nada!
Festejar
El Día del Libro está muy bien, yo diría, incluso, que está genial. Igual que
cuando se celebra El Día del Padre, de la Madre, el del Planeta, el de los
Enamorados; si no fuera por ese cierto tufo a consumismo incontrolado.
¿Debemos leer, respetar el planeta, o amar a
nuestra pareja cuando nos lo impongan o nos lo recuerden? ¡¡Pamplinas!! ¡¡Paparruchas!!-como diría
Ebenezer Scrooge.
Debemos leer siempre, amar los libros
siempre, al igual que debemos respetar y cuidar a nuestros seres queridos
(tengan el formato que tengan, pareja, hijos, padres…) y por supuesto a
nuestro planeta sin fecha determinada para hacerlo. Siempre.
Para centrarnos en los libros, lo primero que
debemos hacer es agradecer a todos los que aman los libros, y que nos han
acercado a sus páginas, las han abierto para nosotros con primor ante nuestros
ojos: ¡Mira! Parecen decirte, ¡Lee!
Gracias a ese profesor, o maestro, que te
descubrieron al autor con el que te enamoraste perdidamente de la lectura, con
el que te perdiste por los tejados de la imaginación o te rebelaste en plena
adolescencia.
Gracias al bibliotecario, paciente, curioso,
erudito que te aconseja, que te escucha, que te lleva por ese laberinto
infinito de libros dormidos.
Gracias al librero, atento, que sabe estudiar
el rostro del lector que llega hasta sus estanterías; ese que no busca un
vendedor complaciente sino al que ha pasado muchas horas entre páginas sabias,
de opinión diversa; y que acertará con lo que busca.
Gracias a los que luchan por la Literatura,
por los Libros, por el Fomento a la Lectura desde el campo de batalla, a veces
minado, de colegios, institutos o administración; se encuentran muchas veces
con enredadas madejas de hilos burocráticos.
Y gracias a los padres, madres, abuelos,
abuelas, tíos, tías, que muchas noches, con párpados hinchados de cansancio, o
en ratitos perdidos, con paciencia infinita, nos narran un bonito cuento.
Constituyen un batallón de hormigas
trabajadoras, laboriosas hilanderas, armazón de la cultura , que debemos
proteger.
¡E conta, mamá, e
conta otra vez, por favor! Recreo en mi mente la voz de mi hija que me instaba una y otra
vez a contar la misma historia.
Hoy quiero proponerles una encomienda: luchemos
por los libros, por la cultura, por la lectura; pero desde abajo, desde los
cimientos. Y para eso necesitamos enseñar a los niñ@s a amar la lectura. Yo les
propongo un reto: PONGAMOS UN CUENTO EN
NUESTRO BOLSO, y cuando nuestros niñ@s nos pidan el móvil para entretenerse,
ofrezcámosles un mundo lleno de mucho más que una pantalla; ofrezcámosles la
fantasía, la imaginación, y la ilusión de un libro.
Os proponemos un verano de lecturas. Este mes de julio, antes de ir a la piscina, al campo, a dar un paseo… Pásate por nuestra librería, allí encontrarás actividades divertidas, y formativas. Talleres de fomento a la lectura, talleres Kamishibai, actividades de comprensión lectora y música. ¡Te lo vas a perder! Pregunta y reserva. Aforo limitado .